lunes, 8 de agosto de 2011

MI PEOR PESADILLA




(CAPITULO 24)

Sujetaba las manos de mi esposa fuertemente entre las mías, se veía sumamente frágil, la fiebre no disminuía y los doctores no querían conectarla a un desfibrilador, ellos decían que era para drenar sus pulmones pues el líquido que había en ellos le dificultaban enormemente respirar,

Su historial de asma no les permitía tomar riesgos innecesarios, así que prácticamente todos solo estábamos esperando esas veinticuatro horas adicionales que los médicos tomaban para después entubarla a un respirador artificial.

Mi pobre madre había pasado la noche anterior a mi lado y me había dicho que tuviera fe, pero por alguna razón yo tenía miedo, demasiado miedo.

No era que yo pensara que ella no saldría de lo que se había convertido en una pulmonía, sus pulmones se llenaban de sus propios fluidos causándole enfisema pulmonar impidiéndole que el aire llegara a sus pulmones, los medicamentos aun no surtían el efecto esperado, así que frustrado solo nos quedaba esperar, y esa maldita espera me estaba matando.

Con delicadeza apretaba su mano con la esperanza que ella me correspondiera de la misma forma, y con su dulce voz me dijera que todo estaría bien confortándome como muchas veces lo había hecho.

Pero mi Linda no despertaba, le hable toda la noche, tal vez si ella me escuchaba podría reaccionar pero no obtuve ningún cambio.

Lo más relevante fue cuando su padre llego y casi atraviesa una pared con mi espalda, culpándome a gritos por todo lo malo que le ocurría a su hija, y aunque no se lo dije en voz alta yo mismo pensaba eso pero como todo cobarde solo guarde silencio.

¿Edward te encuentras bien? -- pregunto mi padre poniendo una mano sobre mi hombro, solo cerré mis ojos en respuesta no podría decirle lo contrario pues sería una gran mentira.

--- se que es muy fácil de decir esto hijo, pero todo saldrá bien ya lo veras, Bella es una luchadora toda su vida lo ha conseguido sola, asi que tienes que confiar que ella saldrá de esto también. --- sabia perfecto que mi esposa era una luchadora y además muy valiente, pero también sabía que una pulmonía podría llenar sus pulmones de fluidos y literalmente ahogarla en cuestión de segundos y nadie podría hacer nada para ayudarla.

--- Gracias por tus palabras de apoyo papa, no tienes idea de lo agradecido que estoy con mi madre y por supuesto contigo. – pase mis brazos por su cintura acomodándome como cuando era un niño sintiendo como mi padre cariñosamente palmeaba mi cabeza.

--- Gracias papa. --- mis lágrimas corrían y por primera vez pude ver a mi padre llorar a mi lado, nos quedamos un largo rato en esa posición tratando por todos los medios de superar la amargura que me llenaba el pecho, pero era demasiado y no podía conformarme.

--- Deberías ir a la cafetería hijo tienes que alimentarte, tu esposa lo menos que necesita ahora es que tú también caigas enfermo, ¿No te parece? --- con un movimiento de cabeza solo afirme --Si papa -- murmure despacio, me puse de pie y empecé a caminar tratando de recordar cuando había sido la última vez que había comido algo.

--- Creo que tienes razón papa. --- le dije al alejarme,

--- Quizás con el estómago lleno mi mente se aclarare, y mi cuerpo resista un poco más, ¿le puedes decir a madre que cuide de Bella por favor? Dile que regreso en diez minutos. --- el simplemente me palmeo el hombro al pasar junto a mí, no había caminado diez metros cuando al mirar a una de las salas de espera, vi como Alice y Jasper descansaban cómodamente, así que decidí que sería mejor invitarlos a ellos también a comer pues estaba casi seguro que ellos aún no probaban bocado.



--- Vamos chicos tenemos que alimentarnos --- como en automático se pusieron de pie fue cómico como mi primo se coordinaba con el andar de Alice, caminamos tranquilamente hasta llegar a la cafetería del hospital, no sabía ni que comería así que solo me serví un café y un par de galletas de avena mordisquee sin ganas pero Jasper no pensaba lo mismo lleno una charola con sándwiches y fruta poniéndomela delante.



--- Venimos a comer no a imitar comer, ¿verdad primo? --- el siempre tan maduro tan tranquilo, no entendía porque en su juventud de universidad había llegado a exceder la bebida.

--- Si tienes razón venimos a comer. --- apenas una mueca simulando una sonrisa salió de mi parte, tome un sándwich pegándole una tremenda mordida, el pan y el queso se pegaban en mi paladar era como si estuviera dándole mordidas a una caja de cartón, pero era mejor tratar por bien de Bella.

Habíamos estado en un silencio incomodo, tanto Alice como yo mirábamos el techo, las únicas dos veces que la mire tenía la vista fija en los espejos de decoración en la pared y en las puertas del ascensor estábamos en un tercer piso así que era imposible que pudiera mirar la calle, creo que evitaba mirarme de frente, ella en el fondo también me culpaba por lo sucedido a su hermana, por otro lado la mirada de mi primo iba y venía de uno al otro él se encontraba en una posición poco agradable sin duda yo era el que la tenia de perder si separábamos sentimientos en estos momentos.

Nos encontrábamos en las mesas del fondo así que era un poco más confortable saber que si ella se desidia a plantarme un buen bofetón al menos no tendría público, Alice en ocasiones me sostenía la mirada para después atacar con el tenedor la ensalada de pollo que se estaba comiendo, pero aun así me sentía tan incómodo por su silencio, ella nunca había sido así, y su mirada inquisidora me ponía peor de lo que estaba.



--- “Rayos” Alice de una maldita vez escupe lo que me tengas que decir --- no podía más con su silencio me estaba enfermando solo de mirarla. Su silencio era más duro ver cómo me comía con los ojos así que soltara de una vendita vez lo que pensaba de mí.



--- En realidad no tengo que decirte nada Edward lo único que no entiendo es porque motivo le quieren hacer daño a mi hermanita. Si alguien en este mundo no se merece esto es precisamente ella. ¿Tú tienes idea de quien pudo ser? Que yo sepa ella no tiene enemigos. --- analice las palabras de Alice y la única persona que se me vino a la mente fue Jacob tal vez el no sería capaz de herirla, pero el si le tenía mucho rencor, por otro lado no me podía imaginar a alguien con esa maldad.



--- Por más que lo pienso Alice, no pude ubicar a alguien con ese corazón tan malo, aunque Jacob Black no me cae muy bien, no creo que él le haría daño a Bella. --- en verdad yo lo pensaba así o existía algo que yo no había percibido en él.



--- Yo también lo pensé Edward no eres el único, Jacob tiene montones de defectos pero él no atentaría contra la vida de nadie. --- terminamos de comer y ya de regreso el medico que atendía a mi esposa me llamo desde la estación de enfermeras, él estaba en compañía de dos sujetos que por su pinta parecían policías, me acerque a ellos y pude comprobar que ciertamente lo eran al mirar la placa de uno de ellos prendida a su cinturón, pensé enseguida que ellos eran los detectives encargados del caso de mi esposa, así que los salude cordialmente.



--- Buenas tardes caballeros. ---- fui lo más educado posible, uno de ellos arrugo la frente, mientras el otro sacaba un sobre del bolsillos de su saco



--- ¿Edward Cullen es usted? --- como si el medico no me hubiera llamado por mi nombre dos minuto antes.



--- si señor yo soy Edward Cullen. --- le confirmé.



--- Señor Cullen estamos aquí porque tenemos que arrestarlo. --- Abrí los ojos más que el doble, ¿este hombre arremedo de policía estaba loco?



--- ¿Arrestado dice? --- todavía con la incredulidad le pregunte algo divertido, sabiendo que era un tremendo error.



--- Así es Señor Cullen, no es un chiste. ---- mi sonrisa se esfumo de mi rostro, mire a Jasper que permanecía muy cerca de mí.



--- ¿Y le puedo preguntar qué fue lo que hice? ¿De qué se me acusa? --- que yo supiera no debía ni una multa de estacionamiento.

--- Señor Cullen se le acusa del asalto sexual contra la señorita Jessica Stanley. --- mis ojos se desubicaron, y la cabeza me dio vueltas vertiginosamente haciendo que me sintiera desorientado.

--- ¿Qué yo que? --- fue todo lo que pude preguntar.

--- Así es señor Cullen. Se le acusa de la violación de la señorita Jessica Stanley el pasado viernes diecinueve de Julio, ella confió en usted cuando en una reunión de amigos usted la arribó la convenció de que fuera con usted con engaños a su departamento. --- no tenía ni idea de dónde demonios ellos habían sacado tan descabellada historia.



--- Pero eso es una tremenda mentira. --- mi voz retumbo en los pasillos aledaños, vi como Jasper giro y se retiró rápidamente en dirección donde se encontraba mi padre, era más que obvió él lo informaría de toda esta estupidez, ¿Qué iría a pensar mi madre con todo esto? ¿Cómo Jessica había dicho semejante mentira? Y más que nada ¿Por qué?



--- Le pido de la manera más atenta que no se resista al arresto, así que ponga las manos en su espalda, señor Cullen no queremos usar la fuerza. --- usar la fuerza conmigo si yo permanecía inmóvil como si fuera una estatua de mármol tan frio y tieso como el granito puro, si decir una sola palabra me quite mi chaqueta pasándosela a mi cuñada, ella la tomo y se la colgó en el brazo, entonces puse mis manos en mi espalda sintiendo como colocaban las esposas y las apretaban al máximo hasta lastimar mis muñecas, era el procedimiento sin duda pero lo hacían sentir a uno como si fuera el peor de los criminales.



--- ¿Edward que debo hacer? --- Alice hablo tranquila y atenta tal como era ella sin alterarse.

--- Te voy a pedir un favor Alice. Prométeme que cuando tu hermana despierte no lo dirán nada, y por ningún motivo le dirán que estoy preso, y mucho menos de que se me acusa. Por favor Alice “Prométemelo” ¿Me lo prometes? --- yo seguía insistiendo pero ella se debatía si aceptar o no, los detectives me conducían a los ascensores, y yo necesitaba saber que ella cumpliría con mi voluntad.

--- Este bien te lo prometo. --- grito ella ---- aunque déjame decirte que es una locura, mi hermana no es tonta y querrá saber todo lo que pasa a su alrededor.

--- Todo a su tiempo cuñada, y muchas gracias. --- me empujaron en el primer ascensor que abrió sus puertas, Alice quedo oculta de mi vista al cerrarse las puertas, no sin antes gritarle. --- Alice dile a mi padre lo ocurrido, que llame al abogado, y cuéntale porque me arrestaron. Pero una cosa Alice te juro que soy inocente. --- por supuesto que yo era inocente, ni siquiera recordaba que era lo que yo había hecho en la fecha que ellos me decían, y por supuesto que yo no había hecho nada que ella no quisiera, si había tenido sexo con ella pero con toda su voluntad, incluso ella se me ofrecía en cada oportunidad, y además solo había estado con ella un par de veces ya bastante tiempo atrás, todo lo que ella estaba haciendo era una maldita mentira.



Sin abrir la boca seguí con el procedimiento, llegar llenar la planilla con mis datos, poner mis huellas dactilares, quitarme la ropa, los zapatos, y por ultimo retirarme la ropa interior, remplazándola por el uniforme de recluso. Me quede con las palabras en mi cabeza, no supe si lo había dicho en voz alta o no pero todo esto era una maldita pesadilla. “Rayos”

--- ¿señor Cullen? --- me pregunto un hombre de cabello blanco.

--- Si señor soy yo. --- nuevamente la pregunta estúpida, me explico el procedimiento y me negué a dar una declaración sin un abogado, así que me pasaron a una de las salas donde esperaría a que algún representante legal llegara para tomar mi defensa.

La maldita pesadilla de meses anteriores comenzaba de nuevo, pero ahora no era una tortura solamente, sino ahora era mi muerte, ahora tenía una esposa que me necesitaba y que ni siquiera yo mismo sabía si ella saldría con bien del hospital, me sentía como si mis infiernos del pasado resurgieran para castigarme “Rayos” “Maldita sea” a mi cabeza llego como un relámpago en plena noche obscura el recuerdo de una cara transformada por la ira y el resentimiento, aparte deforme por el despecho y por haber sido rechazada, era ella Jessica, una noche hace unos meses atrás, cuando la rechacé en la fiesta de Irina, y ella me grito que me arrepentiría por haberla rechazado, ¿sería esta su venganza? ¿O ella la había empezado con Bella primero? ¿Cómo sabían los oficiales donde encontrarme?

Me frote la frente indignado, casi gritando de frustración. Maldita mujercita insignificante, ¿Cómo pudo hacerme esto? Y si esto era precisamente una venganza en mi contra. ¿Pero porque diablos metería a mi esposa? Justamente haciéndole daño a Bella me haría daño a mi sin duda ¿Pero porque? Tenía tantas cosas dando vueltas en mi cabeza, que la sala de detención se me aumentaba de tamaño a cada minuto, no podía pensar en otra cosa, lo que pasara con mi persona no importaba para nada, pero esto cambiaba drásticamente tratándose de Bella, eso si importaba y demasiado más bien el doble.



A mi alrededor pasaban las mismas situaciones de meses atrás, el oficial tomando mis datos, revisando mis huellas dactilares una y otra vez, preguntando como poseído mi fecha de nacimiento, la dirección de mi casa, a que me dedicaba, eran tantas idioteces que parecía que ellos no lo supieran ya.

Esperaba que esta vez mi papa pagara a un buen abogado, y más que nada que él no creyera ni una palabra de lo que pudiera decir Jessica. Me deje caer en el único sofá libre con las manos tapando mis ojos, ¿Cómo estaría Bella en estos momentos? ¿Y si ella hubiera despertado? ¿Y si ella preguntaba por mí que le habían dicho? Las horas pasaron y fui asignado a una nueva ala, donde se suponía los internos de ese lado no eran de peligro, así que fui fichado y consignado hasta mi primera audiencia, era no solo frustrante la situación sin sentía una tremenda impotencia, quería tener a esa mujercita frente a mí y mirarla directamente a los ojos para que sostuviera la aberrante mentira que había creado para mí.



No sé cuántas horas habían pasado desde que las luces fueron apagadas, ya había contado uno a uno los filtros de luz en las paredes y en el techo, también tenía contabilidad completa de cuantas camas y cuantos internos había en el lugar así como los guardias y los barrotes de las puertas, tenía que concentrarme en algo para poder conciliar un par de horas de sueño pero para mí frustración total no conseguía nada, mis esperanzas se fueron aclarando con un nuevo amanecer dentro de una prisión, fui el primero en ponerme de pie arreglar mi cama y tomar mi toalla para darme una ducha rápida antes de que se atestaran los baños, en realidad no tenía nada que hacer así que trataría de encontrar algún libro en la mini biblioteca del lugar, con suerte y habrían traído nuevos ejemplares camine arrastrando los pies sin ninguna prisa solo desplazándome por los pasillos.



Entre en el gran salón de juegos, los internos ni me prestaron atención todo el mundo siguió con sus actividades cotidianas, solo uno entre casi cien tomo mi mirada por completo, pues a ese hombre lo quería destruir con mis propias manos, en ese momento quería que mis dedos fueran filosas dagas de acero y poderle sacar el corazón amargo que el llevaba dentro.



--- ¡Vaya! “Vaya” ¡Miren a quien tenemos aquí! Nada menos que el personaje de mis pesadillas. ---- James camino hasta ponerse frente de mí, por un instante saltar sobre de el como si yo fuera un rabioso felino, pero las manos fuertes de Laurent me detuvieron, mi respiración estaba acelerada y demasiado entrecortada, mas bien parecía un toro tan rabioso por envestir que creo que el puente de mi nariz crecia con cada inhalación,



--- créelo muchacho no vale la pena mancharte las manos con esta sabandija, para ese trabajo tengo las personas adecuadas, y que las cosas se hagan como yo siempre lo he soñado, muy despacio y con demasiado dolor, con tanto dolor que pedirá a gritos que acaben con él. --- las carcajadas de Laurent estremecían las paredes de cristal del gran salón, Laurent era un tanto siniestro pero ese maldito mostro se lo merecía, todo el daño el miedo y todo lo que mi esposa había pasado por su culpa estaría cobrado ojo por ojo.



--- Ustedes no saben con quien se están metiendo, unos cuantos dólares hacen milagros aquí dentro, tengo muy bien protegida mi espalda, así que mi querido socio tendrás que acabar tú mismo conmigo, mira que si Victoria se da cuenta de lo que me quieres hace ella estaría demasiado disgustada contigo así que piensa bien lo que te digo. --- los dos hombres que alguna vez fueron los mejores amigos se taladraban el alma con la mirada eran más que palabras lo que se dibujaba en sus rostros, la rabia impotencia y odio puro y solido, me daba cuanta de una cosa tan cierta como era que el dinero cambiaba a las personas hasta convertirlas en mezquinas y miserables tal como era el maldito de James.



--- Aunque quisiera acabar contigo ahora mismo maldito lo dejare para cuando menos te lo esperes. --- Laurent paso al lado de James pegándole con el codo, este solo lo reto con la mirada soltando una risita de autosuficiencia como si el imbécil hubiera ganado en el enfrentamiento.



--- No por supuesto que aún no se dice la última palabra amigo. --- soltó James con orgullo.



--- ¿Estas tratando de decir que esto es una guerra por territorio estúpido? --- los ojos de Laurent parecían llamas puras.



--- Te declare la guerra desde el primer día que me acosté con tu esposa y la hice mía, creo que te dicte cuenta entonces ¿no? ---- Laurent camino con decisión hasta quedar a unos centímetros de James puso sus manos en el cuello de este y lo planto contra la pared.



--- Tal vez en ese entonces te pensaba mi amigo pero ahora eres solo lo último de la escoria de la sociedad, quisiste abusar de una mujer y eso aquí no se perdona ¿Qué no te acuerdas de dónde vienes. O perdona no recordaba que como madre tienes una perra. --- James estallo a golpes contra Laurent pero no entendía porque él no se defendía se encontraba contra el piso cubriéndose solo el rostro, de pronto los guardias arremetían contra James con los bastones separándolos, era más que obvio que Laurent estaba lastimado pero a él no lo golpearon como lo hacían con James, entonces entendí la jugarreta del tremendo Laurent.



--- Derechito a la jaula. --- dijo el acomodando su ropa, en cuestión de minutos el había planeado todo esto, y yo ni me había dado cuenta.



--- Verdaderamente eres un genio, lo habías planeado ¿No? ---- su sonrisa se enancho y con una mirada hizo que los chicos a nuestros costados nos dejaran solos.

--- en este maldito lugar tienes que usar el cerebro muchacho. --- ahora que lo tenía frente a mí me daba cuenta cuanto Laurent había estimado a su ex amigo, y me di cuenta de algo.

--- ¿Laurent sabes a quien ataco James? --- El entrecerró los ojos y negó con la cabeza.

--- La mujer que el ataco es mi esposa amigo. --- como si se le hubiera movido el piso coloco sus manos en la pared para encontrar estabilidad.

--- ¿Cómo? ¿Tú esposa? --- me deje caer en el piso a su lado enterrando mis dedos por mi pelo que le podía decir si yo no había tenido el valor para destrozarle el cráneo con mis manos a ese maldito de James.

Entendía demasiado bien la sorpresa del que consideraba mi amigo era demasiado obvio que si él hubiera estado en mi caso, el no habría dejado vivo a ese animal, pero yo no quería meterme en más problemas Bella me necesitaba fuera de aquí cuando despertara. Pero por otro lado sabía bien que él tenía toda la razón de mirarme atentamente sin decir nada solo observar y calcular las cosas en su cabeza.



--- No te culpo amigo, creo que debe de ser mas difícil estar sin hacer nada y mirarlo como se vurla de nosotros que romperle la cabeza contra la pared, estuve en esa posición y se que se siente, yo mismo lo hice al saber que mi pequeña Senna se quedaría sin mi protección recuerda que yo casi lo mato, aunque pensándolo bien me hubiera gustado matarlo al menos así nos hubiéramos evitado estar en esta posición ¿no lo crees? --- solo solté el aire sin decir nada.

--- Me siento como un idiota sabes, lo tuve tan cerca y no tuve el valor de romperle la cara, sé que no ayuda en nada a cobrar lo que le hizo a mi esposa pero quiero decirte algo amigo esto no se queda así, y más porque ella una tiene por las noches pesadillas de esa noche, ella habla en sueños y se estremece, yo nunca le he dicho nada no la quiero mortificar, sabes Laurent mi esposa es hermosa e inteligente es una luchadora. --- el sonrió diferente creo que en ese momento yo tenía la cara de idiota.



--- Entonces debe de ser una belleza para que tu amigo mío la hayas considerado pera hacerla tu esposa, debe de tener millones de cualidades. --- Laurent se deslizo a mi lado palmando mi hombro.



--- Ella es especial en más de un millón de aspectos amigo. --- no agregue nada más los guardias nos llamaron para tomar declaración sobre lo ocurrido asi que sin mas todas las declaraciones estuvieron en contra de ese maldito.



--- Edward dime algo sobre tu esposa algo que la haga tan especial como para que ella sea la indicada para ti. ---- que más podía ser lo que la hacia la mejor si no su ceguera ella tal atenta y tan irresistible por su belleza.



--- Ella es ciega. --- tanto su boca como sus ojos se abrieron de par en par ya estaba preparado para esa reacción así que después de un rato tenía que contarle como y porque la había conocido, y en qué momento ella había dejado mi corazón prisionero.



BELLA POV



No sabía por qué esta mujer me quería hacer daño, y no sabía porque a mí, quería gritar pero mi garganta estaba tan congelada, tenía tanto frio que mis dientes castañeaban a tal grado que en ocasiones pensé que se partirían en pedazos, pasaba mi pie sintiendo el abismo que me rodeaba la lluvia cada vez era más fuerte y se impactaba en mi piel congelándola estaba temblando vertiginosamente sabía que en ocasiones extremas eso te ayuda a que tu cuerpo proporcione calor y puedas evitar la hipotermia, pero yo estaba literalmente paralizada tanto por el frio como por el miedo, el lugar donde me habían puesto era pequeño y rugoso estaba segura que era un bloque de asfalto pero no podía moverme, ella me había dicho que si me movía un centímetro terminaría en el precipicio pero tenía tanto frio que con mucho cuidado me doble hasta conseguir enredar mis piernas con mis brazos, en algo tenía que ayudar eso el menos así lo pensé pero según como pasaban los minutos el viento y la lluvia se convirtieron en tormenta y azotaba con tanta fuerza que pensé me arrastraría, ¿y si yo moría qué pensaría Edward? Creo que el pensaría que yo era una cobarde porque no había soportado una ventisca, una ligera lluvia. Y ciertamente solo era agua, así que en eso me concentre en como caía en cómo se escuchaba al impactar contra los tejados y como se perdía en la inmensidad, los truenos hacían vibrar mis huesos pero los acompañe tarareado una canción en algo tenía que ocupar mi pensamiento para bloquear el miedo y el frio



Sabía que estaba rodeada de mis seres queridos ¿pero porque ahora tenía miedo? La obscuridad nunca me había dado tanto miedo como en este momento, trataba de moverme y de hablar pero no lo conseguía, trataba de mover al menos un dedo pero el cuerpo me pesaba enormemente, si yo estaba tan nerviosa porque eso no me activaba mi autodefensa, más bien a cada movimiento del aire a mi alrededor solo pensaba en algo, esa voz chillona y esas manos fuertes y frías que me detenía en la lluvia.



Por nada del mundo quería que ellos regresaran, y esta vez terminaran el trabajo que habían empezado, escuche claramente cuando el medico entro en la habitación como, sus pasos eran perezosos y pausados, tal vez su turno se había extendido o tal vez tenía demasiado trabajo, la brisa de sus movimientos llevaban a mi nariz el aroma de su colonia revuelta con el sudor nada asqueroso más bien tranquilizante pues el estar rodeada de personas me hacían sentir segura, así que me concentré en sus movimientos para saber exactamente lo que hacía, como recargo su peso en la orilla de la cama, sin duda como ojeaba mi récor clínico, el abrir de un bolígrafo podía escuchar cómo se deslizaba la punta sobre el papel, qué pensarían todos que yo me iba a morir. ¿Porque tenía tanto tiempo Edward fuera?

La enfermera entro lo supe al momento que saludo al médico, el indico unas instrucciones y dos segundos después simplemente no supe nada de mí.